jueves, 19 de enero de 2012

Santos no tan Santos

“La Corte Malandra” es parte del culto a María Lionza, el cacique Guaicaipuro y el Negro Felipe. La mayoría de las tiendas esotéricas que hay en la avenida Baralt, no dicen nada de los santos Calé, mucho menos divulgan que venden objetos relacionados con ellos. La razón: no son bien vistos en muchos círculos de santería por tratarse de malandros que cargan energías negativas.

Esta corte, es una colección de santos muertos con una historia en común: el crimen. Ismael es pequeño y luce unos lentes de sol. Este “santo” no tan santo, fue un delincuente del barrio Lídice de Caracas, y murió apuñalado en una pelea en la parroquia 23 de enero. Ismael, cuyo verdadero nombre era Juan Francisco Carrillo, en los 70 era visto como una especie de Robin Hood, que robaba en los bancos de los ricos, para darle dinero y comida a los pobres.
Cuenta la leyenda que murió protegiendo a su barrio, y por eso ahora miles de personas buscan su protección, sobre todo, aquellos quienes se dedican a las armas como forma de vida.

A pesar de que Ismael tiene un bajo rango dentro del culto a María Lionza, es visto como una de las máximas figuras protectoras. Imágenes de él se encuentran en los negocios, y cual Virgen María, la gente le prende velas y recita oraciones “En nombre del ladre, el tiro y el espíritu landro, Amén”.

Fervor Urbano

Para el antropólogo Arturo Jaimes, la Corte Malandra tiene su origen en la capacidad de sincretismo presente en las comunidades con mayor apertura en sus sistemas de creencias, así como también en la influencia del personaje de héroe o mártir proyectados sobre un momento histórico, a través del relato de la epopeya o de sus cualidades como personaje con actitudes reconocidas en vidas.

“Eso le ha permitido al panteón de la santería ir sumando personajes de diferentes épocas con distintas cualidades, que suelen ser significativas para el seguidor y aquel que necesite una ayuda desde el altar, en diferentes momentos y contextos”, explica.

De ese modo, según el antropólogo, la Corte Malandra viene a adecuarse a un nuevo escenario urbano en donde la religiosidad es una forma corriente del sistema de creencias en localidades donde hay patrones de habitantes provenientes de otros lugares del país o de otras nacionalidades, por sectores del barrio e inclusive por las actividades que desempeñan.

“Y es aquí donde entraría este nuevo simulacro y el correspondiente performance de las cualidades que se le asignan al trío de la corte. Porque es curioso que conforman -al igual que en el cristianismo- el trío de la Santísima Trinidad, con la contraposición de género (dos masculinos y uno femenino), y vienen a suplir necesidades de mucha complejidad que viven estas comunidades de creyentes en su medio de acción”, apunta Jaimes.


Culto de los 90


Los santos malandros eran en vida individuos comunes y corrientes que, tras 10 años de su muerte, pasaron a formar parte de una comunidad divina a la que el resto de los mortales comenzó a rendirle culto.

Aunque vivieron durante la década de los años 70, la revelación de sus espíritus y la adoración por parte de los creyentes aumentó luego de los sucesos del “Caracazo” de febrero de 1989, cuando el aumento de la gasolina desató una rebelión popular en contra de las duras medidas económicas tomadas por el entonces presidente de la República, Carlos Andrés Pérez. A partir de ese suceso, y en los años siguientes, la violencia callejera y las represiones incrementaron sus índices a niveles casi insoportables.

Santos no tan santos

Ismael: Originario del barrio Lídice de Caracas murió apuñalado en una pelea en la parroquia 23 de enero. Según ha dicho en algunos rituales, los barrios Guarataro y Pinto Salinas también eran parte de su territorio. Se dice que era un ladrón inofensivo, defendía su zona de la incursión de otros malandros y robaba bancos para repartir el botín entre los vecinos más necesitados. En varias ocasiones, amenazaba a los dueños de abastos y supermercados mientras los pobres saqueaban el local y huían cargados de alimentos.

Isabelita: Figura líder de la Corte Malandra. No se tiene seguridad sobre su verdadera procedencia pero cuentan que pertenecía a una familia adinerada y fue violada a los 12 años de edad. Se casó con un hombre negro, de Barlovento, estado Miranda, que le fue infiel con una amiga. Por esa razón juró vengarse de todos los hombres. Su estatuilla no puede estar en un altar santero que también tenga la figura de algún negro. Tiene amplio poder para resolver toda clase de problemas.
Tomasito: Murió de 132 tiros (sin contar la balas que pasaron por el mismo hueco) durante un intento frustrado de robo a un banco. Sus cómplices (que creían sus amigos) lo dejaron solo al llegar la policía.

Jhonny: Muchacho de buena familia. Vivía en un apartamento que sus padres le compraron en Los Chaguaramos. Su pecado fue no cumplirles a unos jíbaros que le dieron muerte. Se dice que es el más pacífico de la Corte.

Elizabeth: Su estampilla reza: “De recia personalidad y esbelta figura, Elizabeth irradia dominio y poder. Invóquela en momentos difíciles y logrará un gran apoyo. Téngala con usted en algún lugar visible de su hogar. Ofréndele velas rojas”. No es la misma que salía en televisión.
Otros santos son Petróleo Crudo, Miguelito, Pez Gordo, Luis Sánchez, Juan Hilario, Ramón, Freddy M (no se sabe si su apellido era Martínez o Machado), William, Yiyo, Jacobo, Antonio y El Ratón, entre otros.

 Imágenes peculiares




Estatuas del santo Ismael junto a numerosas placas, tributos escritos a mano y otras donaciones en el Cementerio General del Sur. Cada una de las figuras de Ismael posee una abertura entre los labios para que los devotos puedan ponerle un cigarro o un porro a manera de ofrenda.


YOANNA TORRES. C.I.: 20 313 126.

1 comentario:

  1. No colocaron mi nombre en el reportaje.
    YOANNA TORRES. C.I.: 20 313 126.
    SANTOS NO TAN SANTOS.

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