jueves, 19 de enero de 2012

“Vallita”, más que una creencia

AUTOR: Lorena Marchena


La Virgen del Valle, a la cual se le atribuyen numerosos 
milagros y curaciones, cumplió 100 años de su coronación canónica
 y 90 de su patronato en el oriente venezolano el pasado 
mes de septiembre de 2011


“Vallita”, Patrona de Oriente, Vallecita, madrecita, la virgen de los navegantes, son sólo algunas de las formas en que los pobladores de la isla de Margarita se refieren a su “reina”, la Virgen del Valle, la cual año a año despierta y renueva la fe de quien la admira, venera y le pide, una virgen sin paralelo.

A la Patrona de Oriente, la rodean miles de historias, que dan fe de sus milagros; Hechos inexplicables que sólo pueden definir sus creyentes como muestras de su poder, el caso de la señora Maritza Padrino, es uno de ellos:

“A la Virgen hay que cumplirle” así lo afirmó Maritza, una devota de la Virgen Del Valle, quien cree firmemente en los “poderes” de la virgencita para curar, sanar y proveer bienestar. Maritza, una caraqueña que supera los 60 años de edad, fue a la Isla de Margarita a un viaje familiar en el que asistieron su esposo e hijo, que en aquel entonces tendría 5 años.

Todo transcurría a la perfección cuando de repente, en la madrugada, el infante comienza con dolores en el cuerpo, sufre de fiebre y llanto inconsolable, Maritza lo medica con lo que tenía en su propio botiquín de primeros auxilios, pero el malestar se incrementaba, esperaron hasta el amanecer y fue en ese momento que lo llevaron a un ambulatorio en donde le indicaron que el pequeño tenía apendicitis y que debía ser trasladado de emergencia al Hospital de Porlamar.

 Cuando finalmente llegan al hospital, no encuentran cirujano, médicos ni alguien quien los atendiera en el momento que era necesario, Maritza comienza a pedir a la Virgen del Valle por la vida de su primogénito, prometiendo ir a visitarla cuando todo el problema acabara y llevarle una ofrenda y al cabo de una hora llega un doctor, que no era cirujano calificado, y les dice que aunque él no sea un experto iba a operar al niño ya que su vida estaba en peligro si dejaban que la apendicitis evolucionara en una peritonitis, Maritza acepto y se encomendó a la virgencita. El niño salió bien de la operación y tuvo que ser transferido a un hospital en Caracas para que continuara el tratamiento postoperatorio, al pasar de unos días el pequeño ya se encontraba jugando sin problemas y lo único que le había quedado de recuerdo fue la cicatriz de la operación.

Maritza no volvió a Margarita sino alrededor de 30 años después, en un viaje con su esposo y su segundo hijo que tendría 20 años, curiosamente el joven al llegar a la Isla enfermó gravemente de paperas al punto de hospitalización por emergencia en el Hospital Del Valle, lo trataron y no pudieron disfrutar de sus vacaciones. 

Padrino contando sus anécdotas con la Virgen del Valle


Luego de unos años Maritza ya jubilada asistió a cobrar su pensión, en la cola escuchó hablar a una mujer que tenía detrás de ella, la mujer era una enfermera margariteña jubilada que ejerció en el Hospital de Porlamar, a Maritza le inquietó saber ese dato y le comentó el caso de su primogénito, le contó que estuvo muy mal y que le había orado a la Virgen del Valle para que lo sanara, la enfermera escucho atenta y le preguntó que si había cumplido su promesa, a lo que Maritza contestó que no, entre otras cosas que le contó la enfermera le dijo que “No se le promete a la Virgen cosas que no se van a cumplir.
Maritza fue al Valle, en donde se encuentra el templo sagrado de la Virgen, en el 2010 y cumplió con su promesa y ella afirma que sus hijos ahora están mejor, que progresan y que poco a poco irán mejorando las cosas. La caraqueña de más de 60 está firmemente convencida de que la Virgen del Valle cumple con las peticiones de los devotos, pero que si se le promete algo hay que cumplirle porque tarde o temprano la Virgen cobra sus promesas.
Esta es una de las tantas historias que fundamentan la devoción hacia la Virgen del Valle, una tradición que tiene más de 100 años y que año tras año suma más fieles y seguidores.


Tradición centenaria


La Virgen del Valle, también llamada “virgen de los navegantes”, llegó a Margarita poco antes del año 1550, según los historiadores y los pobladores de la isla, quienes la han convertido en emblema de su sociedad y su idiosincrasia. Todo comenzó cuando los habitantes de la isla de Cubagua se movilizaron a Margarita, con la virgen, en la navidad de 1541, debido a una gran cantidad de desastres naturales que azotaron la localidad.

A medida que fueron pasando los años, la cantidad de fieles fue creciendo, lo que originó que en 1582, el padre Alonso Saavedra iniciara la construcción del templo que albergaría a la virgen, siendo mejorada en 1604 por Don Diego García, según relatan los documentos coloniales. Desde aquel entonces, la “Patrona de Oriente” se consolidó como la imagen de la virgen más antigua de América.

El pasado mes de septiembre de 2011, los habitantes de Margarita vivieron una jornada histórica para su religiosidad, al cumplirse los 100 años de la coronación canónica realizada por el Papa San Pio X en 1911; y 90 de su patronato en el oriente venezolano. Más de 50.000 feligreses, de todas partes de Venezuela y otros países, colmaron las calles del Valle de Margarita, en donde se construye otro templo que será la nueva casa de “Vallita”, para pagar promesas, pedir favores, demostrar su fe o simplemente admirar la belleza de la virgen y los actos conmemorativos.

En un texto antiguo, escrito por el padre Nectario María, se narra lo vivido en el año 1608, en donde se cuenta que debido a una prolongada sequía que estaba afectando a los habitantes de la isla, el pueblo pidiendo el favor de la Virgen, decidió sacar su imagen para llevarla en procesión a La Asunción. Según lo narrado por el padre, cuando salieron de El Valle del Espíritu Santo, el cielo estaba claro, sin nubes; pero al llegar a las puertas de La Asunción, para ese entonces ciudad amurallada, comenzó a llover con mucha intensidad y así se mantuvo hasta el día siguiente.

 Otro de los milagros que se le atribuyen a la Virgen del Valle es el de un pescador que, a punto de perder su pierna a causa de una grave infección, le pidió a la Virgen que intercediera en su curación, prometiéndole a cambio la entrega de la primera perla que encontrara en el mar. Poco después, ya curado, el pescador encontró una extraña perla con forma de pie, y de acuerdo a lo prometido, se la obsequió a la Virgen. Hoy en día, la perla puede ser vista en el Museo Diocesano, a un lado de la iglesia.

A raíz de lo expuesto, todos los años, cada 1° de septiembre se “baja” la Virgen para realizar un recorrido. Esta actividad se realiza todos los años como forma de pagar a la Santa Patrona por los favores recibidos durante sus faenas en alta mar. En horas de la mañana pescadores del pueblo de Manzanillo rinden honores a la reina de los pescadores del oriente venezolano con un recorrido en sus respectivas embarcaciones, visitando a todos los pueblos a lo largo de la costa norte de la región insular.



Pescadores y devotos paseando a la Virgen por Altamar. Cortesía de Últimas Noticias


La zuliana, Aura Quintero, quien presenció el acto del aniversario de los 100 años de la coronación canónica de la Virgen, va a Margarita desde hace una treintena para participar y disfrutar de las fiestas de la Virgen del Valle. “He venido durante 35 años seguidos y lo seguiré haciendo. Creo que Virgen como ella no hay otra. Es algo sagrado para mí, mis hijos y mis nietos. Le damos gracias a Margarita por tener algo tan bello, que es lo más grande para Venezuela”, relató con emoción al momento de entrar al templo a rezar a la imagen.

Negocio, cultura, deporte y fe

En Nueva Esparta artesanos, orfebres y comerciantes reproducen la fe por “Vallita” en imágenes y piezas hechas con materiales naturales que están al alcance de propios y visitantes.
En cualquier sector comercial, balneario, plaza o adyacencia de iglesias en la isla de Margarita es posible apreciar la minuciosa laboriosidad de los artesanos, quienes exhiben en sus puestos de venta una galería de imágenes con distintos motivos de la Virgen del Valle.


Recuerdos y reproducciones de la Virgen del Valle que se venden en las afueras del templo

Se pueden encontrar desde dijes, rosarios, retablos hasta franelas y gorros. En plata y oro hay piezas de orfebrería, pulseras, collares, así como vestidos y réplicas de la virgencita. Los creadores de estas formas y colores las ofrecen a propios y visitantes a precios accesibles, aunque si el comprador prefiere una obra hecha a mano con mayor tamaño y exigencia podrá llevarla pagando un poco más. La gente mira, toca, pregunta, pide. Salen y entran personas que son recibidas por hábiles vendedores, que observan cómo, los turistas los dejan sin mercancía.

La imagen de la Virgen, acompaña a cada negocio, recinto o vehículo que circula por la isla. El deporte no escapa de esta realidad. Los Bravos de Margarita, equipo que representa a la isla en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, adoptaron el emblema de la imagen religiosa para llevar la idiosincrasia y la cultura del pueblo neospartano a cada sitio donde van a jugar y crear así un sentido de pertenencia de la población con su conjunto.

La Virgen del Valle es nombrada como la madre no sólo de los margariteños, también de muchos venezolanos y de extranjeros que cada año renuevan su fe y que de alguna u otra forma van dejando ese bonito legado de creer en algo que está más allá de lo material y lo físico, transmitiendo las historias, milagros y anécdotas de Vallita de generación en generación. Una creencia que traspasa cualquier religión, raza o nivel social, la Patrona de Oriente se ha ganado un lugar en la mente y el corazón de los evangélicos, santeros, ateos y cristianos que además de predicar su credo le dan un espacio a la virgen.



No hay comentarios:

Publicar un comentario