martes, 3 de enero de 2012

Entrevista con el Dr. Oscar Bastidas

Entrevista d personalidad.
Son muchas las personalidades que pueden protagonizar este tipo de entrevista. Personas que han hecho algo relevante, importante y trascendente. Personas que de alguna manera son un ejemplo a seguir.
     El Dr. Oscar Bastidas ha sido  un ícono de la medicina en el estado Apure durante 48 años, su trabajo ha sido  ejemplo para muchos de sabiduría, perseverancia y humildad.

Los médicos se están formando a punta de CD’s y disquetes

-Ante todo, feliz navidad y muy buenos días.
“Buenos días”

-¿Cómo fue su niñez?
“Fui el cuarto hijo de una familia de seis hermanos, soy trujillano y vivía allá  en una pobreza extrema, mi madre era ama de casa y mi padre era jornalero, obrero en la trasandina de los andes, para aquel entonces el ganaba un bolívar cincuenta mensual que se iban fácilmente con los gastos diarios en manutención. Un tiempo después mi padre ingresó como trabajador en  planta eléctrica de mi pueblo y gracias a eso nuestra situación económica mejoró, pudimos adquirir un terreno pequeño para vivir y comenzamos a construir una casa, allí incursione como ayudante de albañilería. En esa época aprendí a hablar en latín y empecé a traducir misas en las iglesias para ganar un poco de dinero y contribuir en los gastos”.

-¿Cómo fue su llegada a la Universidad Central de Venezuela desde Trujillo en esa época?
“En  Trujillo la educación media llegaba hasta cuarto año  razón por la cual los estudiantes tenían  que irse a  San Cristóbal para terminar el bachillerato, yo, por razones estrictamente económicas me tuve que quedar en mi ciudad y conseguí trabajo como maestro preceptor en la cárcel pública del estado con un sueldo de trescientos bolívares en ese entonces. Tiempo después pude irme a estudiar mi quinto año en San Cristóbal, allí conseguí cupo en una residencia estudiantil y me gradué de bachiller en ciencias. Ingresé a la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela en 1957 y por las mismas dificultades económicas no fue fácil salir adelante. Viví por tres meses en casa de unos familiares pero por razones personales me vi obligado a dar tumbos y tambos –Sonríe-  y andar de vecindad en vecindad hasta que la suerte me sonrió y logre ingresar en la residencia estudiantil de la UCV llamada por nosotros pomposa y folklóricamente “Stalingrado”, porque albergaba a lo más selecto de la juventud comunista universitaria, mi jefe inmediato era el ingeniero Juan Vicente Cabeza quien en el gobierno actual era el presidente del Centro Simón Bolívar cuando hubo el incendio.”

-¿Cuando empezó realmente su contacto médico con la gente?
“En mi tercer año  de carrera, se abrió la Escuela de Medicina Raceti  que funcionaba en el Hospital Vargas de Caracas como centro piloto, el cual escogí para mi formación”.

¿Cuáles fueron sus razones para tomar esa decisión?
Una de las razones influyentes fue el hecho de que era un centro prestario de salud al cual acudían los estratos más pobres de la población, y a su vez  existía la creencia que el Hospital Universitario de Caracas era para la clase media y  alta con patologías propias de su nivel económico.  Me fui para el Vargas pensando que así estaría más cerca de la sociedad y de gente como las del pueblo en el que me crié.

¿Usted soñó o imaginó cuando era niño que sería  médico?
“Sí, yo siempre quise ser médico. Aunque en contra de mi madre, ella quería que yo fuera sacerdote    -Ríe-  conseguí el cupo en el seminario y cuando estaba a punto de irme, que me vinieron a buscar, me escape y como era monaguillo me fui a la misa y no regrese sino hasta las cuatro de la tarde, cuando llegue a mi casa me dieron una pela (regaño en palabras coloquiales) – Sonríe Nuevamente- . Entonces sí, siempre quise ser medico pero veterinario y mi madre me dijo que estaría bien pero que sería médico de los otros animales, o sea médico de gente y así fue”.

-¿Puede describir su estancia en la universidad con una sola palabra?
“La mejor vida”.
-Esas fueron tres palabras… (Risas)
“Feliz”.

¿El médico nace o se hace?
“Se hace”.

-¿Cualquier persona puede ser médico si se prepara?
“Si. Tú puedes tener una gran vocación pero si tú no te preparas, no sientes y no crees en lo que estás haciendo eres un fracasado”.

- ¿Cuál fue la razón principal para establecerse en San Fernando de Apure?
“La situación económica”.

-Usted es trujillano, su esposa es húngara y residen en el estado Apure ¿Cómo ha sido esa unión cultural?
“Mi esposa era enfermera en la maternidad concepción palacios, lugar donde llegaban personas de todas clases sociales y  tuvo la oportunidad de tratar con mucha gente. Más allá de los límites como el idioma, llegó hablando solamente húngaro pero aprendió rápido el español, yo la conocí aproximadamente 5 años después de su llegada a Venezuela. Fíjate, yo soy andino, ¿Cómo es la música de los Andes? El vals –tararea una canción- el vals es tranquilo, pasivo, armonioso. ¿Cómo hablan los andinos? Bajito, pausado porque estamos encerrados entre montañas, no hace falta gritar es como si fuera un hueco. El llanero habla gritao’, la música llanera es estruendosa, fuerte, imagínate el joropo, un zumba que zumba o un seis por derecho, el llanero es extrovertido en su forma de vestir, cantar, hablar. Sin embargo a pesar de eso no hubo choque cultural, y nos adaptamos fácilmente, tu eres quien quieres ser”.

¿Cuál era la situación que vivía San Fernando de Apure en ámbitos de salud en los años 60?
“Cuando llegué al estado apure, el 18% de los médicos éramos venezolanos, el resto eran médicos extranjeros. A mi llegada, una de las primeras motivaciones que tuve fue organizar por primera vez el Colegio Médico porque yo siempre he creído  que un gremio profesional organizado hace a un profesional fuerte, protegido. Cuando lo formamos fui parte de la junta directiva y en la tarea de organizar el fichaje médico me di cuenta que habían personas  de gran prestigio que no tenían titulo de medicina o algún documento universitario que hiciera constar su profesión, recuerdo que uno de ellos me dijo que los documentos se le perdieron en el barco en la segunda guerra mundial, y yo les dije: Se hundieron tus papeles en el mar y tu no te hundiste (risas)".

-¿Pensó alguna vez en regresar a Caracas o a Trujillo a ejercer su carrera?
“A Caracas no. No lo imaginé ni lo quise. Pero si a Trujillo pero no pude, no me fue posible”.

- ¿Sigue ejerciendo aun después de estar jubilado?
“Tengo mi consultorio privado y allí trabajo todos los días. Ejerzo después de jubilado primero porque no puedo abandonar lo que he hecho y lo que he creído, segundo porque es mi pasión tercero por el aspecto económico y cuarto porque los beneficios  que obtengo por mi condición de jubilado son muy pocos”.

-Los apureños le tienen mucho aprecio y cariño, lo conocen  en cada esquina del estado, ¿Cuál cree que sea la razón?
“Por mi comportamiento, porque he sido un individuo que ha transitado por todas las actividades que me ha sido posible, pertenecí a diferentes grupos sociales, hice vida política, fui diputado principal a la Asamblea Legislativa del estado Apure, fundé el primer grupo Scout  de aquí, fui coordinador de programas de tuberculosis, y de programas fronterizos  para la asistencia de personas en la frontera con Colombia, fueron muchas las actividades que me dieron a conocer".

-Si pudiera regresar el tiempo y elegir otra carrera ¿Cuál sería?
“Volvería a ser médico”.

-¿Actualmente qué opina de la medicina en Venezuela, y de los médicos en general?
“ Para emitir un juicio, se debe conocer y haber vivido en el tema, yo fui profesor de medicina, entre otros cargos y la he ejercido por 48 años, La formación profesional del médico debe ser integral, estricta, exigente, hoy por hoy la exigencia ha decaído, los médicos se están formando a punta de CD’s y disquetes. Tú tienes que formarte al lado del paciente,  así es que se aprende, tocando, preguntando, mirando, oyendo. “

Pude ver una foto de usted con el ex presidente Rafael Caldera ¿Lo conoció?
“Claro, en medio de mi vida política lo conocí al entrar en el partido de Acción Democrática, mi vida política pudo haber durado más, pero decidí seguir siendo médico”.

Alba Virgüez
Informativo III
Profesor Enrique Cibele
Turno Mañana



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