Conversadora, extrovertida y muy segura. Estudiante, profesora de danza y colaboradora en distintas fundaciones que realizan actividades recreativas para niños de muy pocos recursos. María Gabriela es actualmente estudiante de último año de derecho y es una joven que define la danza como su segunda carrera universitaria y a lo que se seguirá dedicando.
“Aquellas personas que dicen que bailar es un hobbie, que no la imaginan como carrera, yo puedo responderles, que así como para unas personas, sentarse frente a una computadora y sacar cuentas todos los días, en un departamento de administración, puede ser un gran trabajo y que aportan mucho a sus empresas y seguramente esos trabajadores se sienten satisfechos de su trabajo y de lo que producen con el, yo me siento igual que ellos cuando veo a mis alumnas contentas”.
Al llegar de una de sus clases de baile, María Gabriela con una gran sonrisa y sudada nos recibe para conocerla un poco más.
C.V: Si les pidiéramos a tus amigos que te describieran, ¿Qué crees que dirían?
M.D: La mayoría de mis amigos dirían que estoy loca, que soy muy gritona, que soy incondicional, que soy muy directa y a veces prefieren no contarme las cosas para que no los regañe, que soy muy activa, siempre estoy bailando en todos lados y a toda hora, pero en un salón de clases soy la primera que se duerme, que soy muy floja para los estudios, pero que a la hora de la chiquita suelo ser yo la que resuelve los problemas y que soy la perfecta compañera de rumbas porque no me siento nunca.
C.V: María Gabriela, siendo profesora de danza, ¿Por qué derecho?
M.D: Por favor dime Gaby o Maga. Decidí estudiar derecho, porque en bachillerato siempre solía postularme para delegada, representar a mi grupo y pelear con quien había que pelear si era necesario para defender una idea, quería defender al mundo. Básicamente por eso que decidí estudiar derecho.
C.V: ¿La carrera cumplió con tus expectativas?
M.D: No, para nada. Al pasar el tiempo me iba dando cuenta que la realidad era muy distinta a lo que uno pensaba que hacían los abogados. Las vías para solucionar los problemas muchas veces no eran las correctas y en clases los propios profesores te hablaban de una realidad muy deprimente. Durante las pasantías empecé a vivir un poco de lo que me tocaría al graduarme y el desencanto fue absoluto; la rutina que representaba para mí la redacción de los documentos que ya venían con moldes para sólo completar datos y el trabajo en tribunales que era bastante tedioso, me hacía sentir que nunca tenía oportunidad de inventar o de cambiar algo, de hacer algo distinto por alguien y eso me frustraba bastante. Además el ambiente de oficina me tenía agobiada. No era para mi.
C.V: ¿No consideraste un cambio de carrera?
M.D: En segundo año empecé a dudar de si realmente había elegido bien mi carrera, en tercer año esas dudas se afianzaron más con las materias prácticas que comencé a ver, me sentía bastante frustrada por estar estudiando algo que no me apasionaba, me comparaba con mis compañeros y al escucharlos hablar de la carrera con esa emoción y sentimiento, yo no me sentía para nada como ellos, pensé cambiarme a comunicación social o a relaciones industriales, pero sentía que si lo hacía iba a perder 3 años de estudios.
C.V: No es noticia que los jóvenes decidan cambiar de carrera, pero actualmente cada vez son más de las inseguridades al escoger una carrera universitaria. En base a tu experiencia, ¿Qué les aconsejarías aquellos que quizás ahorita estén desorientados?
M.D: Yo les aconsejaría que no se rindieran ante una duda o un disgusto, si es por algo que no te gusta, entonces trabaja en ello. Hay muchos especialistas en este país, incluso que trabajan de forma gratuita, que pueden orientarte. El ejercicio más tonto te puede enseñar o mostrar algo que te haga darte cuenta que realmente te gusta tu carrera, tu trabajo o lo que sea que te tenga angustiado o que definitivamente no vale la pena perder el tiempo haciendo y viviendo algo con lo que tú no serás feliz. Se trata de tu vida y lo que tu decidas colmará los próximos minutos y segundos de ella, así que tienes que estar a gusto, de lo contrario terminarás convirtiéndote en otra persona que no eres o enfermándote por citar el peor caso. Será difícil, pero la felicidad que te genera trabajar en lo que te gusta y lograr las metas que te quitan el sueño, vale más que el dinero que puedas ganar trabajando en algo que te frustre o que no te haga feliz, porque opciones hay muchas sobretodo en nuestro país que podrá tener muchos problemas pero mil oportunidades y sólo tú te conoces realmente y sabes que es lo que quieres para tu vida.
C.V: ¿Qué lección te ha dado toda esta experiencia?
M.D: ¿La verdad? (risas) sencillo, errar es de humanos y siempre hay que ver la parte buena de la situación, no estancarse en ese sentimiento sino más bien aprovechar el tiempo y las ganas enormes que siento ahora y la seguridad de hacer lo que realmente me hace feliz. Definitivamente todo en esta vida pasa por algo y de hasta de la peor situación, hay algo que aprender, algo que mejorar, algo que recordar.
C.V: ¿Por qué danza Gaby?
M.D: Porque toda mi vida fui bailarina, estuve en clases de baile de todo tipo, desde calipso hasta ballet. Para mi la danza ha sido un espacio donde me puedo desahogar. Incluso cuando estoy cansada si me dicen para bailar o si tengo que dar una clase no me molesta, no me pesa dar mis clases, me entusiasma todos los días ir a enseñar. Aparte que es un trabajo donde me permite ser totalmente creativa. Cada día es un reto. El baile siempre ha sido un asunto serio para mí, el va cambiando e innovando, la gente se va cansado de los estilos viejos y es por eso que siempre el baile ha representado un desafío.
C.V: ¿Qué opinas de las personas que dicen que bailar es un hobbie?
M.D: Aquellas personas que dicen que bailar es un hobbie, que no la imaginan como carrera, les diría que, así como para unas personas, sentarse frente a una computadora y sacar cuentas todos los días, en un departamento de administración, puede ser un gran trabajo y que aportan mucho a sus empresas y seguramente esos trabajadores se sienten satisfechos de su trabajo y de lo que producen con el, yo me siento igual cuando bailo y cuando veo a mis alumnas contentas porque al hacer ejercicio adelgazan, se desestresan, se divierten y sobre todo cuando veo a los padres abrazando a sus hijas diciéndoles lo orgullosos que están. También, cuando un espectador te felicita por tu trabajo, porque le gusto o se divirtió gracias a tu presentación. Eso para mí es mi trabajo, entretener, dar posibilidades de ejercicio y de recreación a otras personas, porque así como una empresa necesita de contabilizar sus ingresos o de un gerente que guía a sus empleados, esos empleados son seres humanos, y por personas como yo, es que muchas de esas personas se alejan de la obesidad, o llegan más frescos un lunes a la oficina porque dispersaron sus mentes viendo un show, viendo arte, o recibiendo clases para liberar sus cuerpos y sentirse libres. Para mí una y otra cosa son lo mismo, una carrera remunerada, que tiene una finalidad, y que desempeñándola las personas se sienten realizadas, yo siento lo mismo que sienten ellos al terminar mi día de trabajo, cansancio pero mucha satisfacción.
C.V: ¿Cómo te describirías en 3 palabras?
M.D: Creativa, siempre estoy ideando planes en mi cabeza. Extrovertida porque nunca he tenido miedo de entrar en grupos nuevos, no tengo problema en llegar gritando a los sitios o de hacer reír a la gente que recién conozco por tonterías y por último, para esto no consigo una palabra (risas) pero tengo un carácter fuerte suelo intentar imponer mis ideas y pretender que se cumplan como yo diga.
C.V: Gracias por tu tiempo Gaby, ¿podríamos tomarnos una fotografía?
M.D: ¡Claro! Pero por favor permíteme arreglarme, seré bailarina pero me arreglo como una abogada (risas).
Cecilia Vilagut
Informativo III
Enrique Cibele
Turno: diurno
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